El reloj más antiguo de París.
A la izquierda del edificio, a pocos pasos del cruce del Pont d´Arcole y el Quai de la Corse y con vistas directas a la fachada principal de la Catedral de Notre Dame de París, nos encontramos con la cuarta torre, torre que, por poseer un reloj en su fachada de la Rue d´Arcole, se hace acreedora de llamarse Torre del Reloj (Tour de l´Horloge).
En esta Torre del Reloj, de forma cuadrada, se instaló en 1370 el primer reloj público de París. El rey Carlos V fue el que encargó su construcción.
A principios del siglo XIV, relojes públicos como objetos monumentales ya existían en Alemania, en Italia, y en muchas partes de Francia, pero en París, la capital del reino, y donde las bellas artes, las ciencias y las fábricas había progresado tanto, no poseía ningún reloj
Carlos V de Francia, que bien merecía el apelativo de Sabio, pensó que un reloj podría ser de utilidad para los habitantes de la ciudad de París, y que, por tanto, el mismo acordó construir un gran reloj para ser colocado en una de las torres de su palacio para que el público pueda conocer la hora tanto de día como de noche.
Pero como no había un relojero suficiente hábil en París para llevar a cabo dicha obra, el rey envió un mensajero a Alemania para negociar con Henry de Wyck, un relojero famoso, con el que llegó a un acuerdo para la construcción y el montaje de la máquina. El artista alemán, dice la historia, tuvo un apartamento asignado en la misma torre donde el reloj iba a ser colocado, y recibió seis céntimos diarios del rey durante ocho años consecutivos que es el tiempo que le llevó ejecutar su trabajo.
Jean Jounence, un conocido fundidor de campanas, recibió la orden de crear la campana contra el cual el martillo del reloj iba a dar las horas.
Con el paso del tiempo, se realizaron sucesivas mejoras sobre la placa de reloj de Henry de Wyck. Los más importantes se produjeron en tiempos de Carlos IX y Enrique III.
El reloj más antiguo de París.
A la izquierda del edificio, a pocos pasos del cruce del Pont d´Arcole y el Quai de la Corse y con vistas directas a la fachada principal de la Catedral de Notre Dame de París, nos encontramos con la cuarta torre, torre que, por poseer un reloj en su fachada de la Rue d´Arcole, se hace acreedora de llamarse Torre del Reloj (Tour de l´Horloge).
En esta Torre del Reloj, de forma cuadrada, se instaló en 1370 el primer reloj público de París. El rey Carlos V fue el que encargó su construcción.
A principios del siglo XIV, relojes públicos como objetos monumentales ya existían en Alemania, en Italia, y en muchas partes de Francia, pero en París, la capital del reino, y donde las bellas artes, las ciencias y las fábricas había progresado tanto, no poseía ningún reloj
Carlos V de Francia, que bien merecía el apelativo de Sabio, pensó que un reloj podría ser de utilidad para los habitantes de la ciudad de París, y que, por tanto, el mismo acordó construir un gran reloj para ser colocado en una de las torres de su palacio para que el público pueda conocer la hora tanto de día como de noche.
Pero como no había un relojero suficiente hábil en París para llevar a cabo dicha obra, el rey envió un mensajero a Alemania para negociar con Henry de Wyck, un relojero famoso, con el que llegó a un acuerdo para la construcción y el montaje de la máquina. El artista alemán, dice la historia, tuvo un apartamento asignado en la misma torre donde el reloj iba a ser colocado, y recibió seis céntimos diarios del rey durante ocho años consecutivos que es el tiempo que le llevó ejecutar su trabajo.
Jean Jounence, un conocido fundidor de campanas, recibió la orden de crear la campana contra el cual el martillo del reloj iba a dar las horas.
Con el paso del tiempo, se realizaron sucesivas mejoras sobre la placa de reloj de Henry de Wyck. Los más importantes se produjeron en tiempos de Carlos IX y Enrique III.