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Busardo ratonero (Buteo buteo ) (13)

Busardo Ratonero (Buteo buteo)

Reproducción

Es entre los dos y los tres años de edad cuando los ratoneros alcanzan su madurez sexual, lo cual se pudo determinar gracias a observaciones de poblaciones en Gales, prestando especial atención a los patrones de coloración de las alas. Debido a la fidelidad relativamente fuerte que guardan a su territorio, las parejas reproductoras pueden permanecer juntas durante toda la vida, que puede llegar a los veintiséis años de edad.

La puesta de huevos comienza en Europa central a mediados de marzo, aunque de media se produce a mediados de abril. Los huevos miden 56 × 45 mm y pesan 50-60 g de media. Son blancos, con motas pardas y grisáceas oscuras. En cada puesta suele haber normalmente dos o tres huevos, pero es posible que haya uno o cuatro. La hembra pone los huevos en un espacio de dos o tres días y su incubación dura entre 33 y 35 días, dependiendo del número de huevos de la nidada y de factores ambientales. Tras la eclosión, los pollos permanecen en el nido entre 42 y 49 días y cuando ya son volanderos, se quedan posados en las ramas próximas al nido o en los árboles adyacentes. Esta segunda fase tras la fase de pichón dura entre seis y diez semanas. Entonces los jóvenes ratoneros vuelan junto a sus padres, que siguen ocupándose de ellos hasta que pueden valerse por sí mismos. Cuando finalmente son independientes los jóvenes abandonan el territorio paterno, aunque habitualmente solo se alejan unos kilómetros, como indicó un estudio en Inglaterra con jóvenes radiomarcados, también se han descrito excepciones en las que los jóvenes se alejaron 200 km.

El ratio de éxito de cada nidada, es decir, el número de crías que dejaron el nido por cada puesta, varía en función de la cantidad de alimento. En el norte de Gales entre 1979 y 1982 se determinó una media de 0,73 nuevos busardos por nidada, mientras que otro estudio en Escocia entre 1969 y 1972 obtuvo un resultado de 2,56. En Berlín y Brandeburgo, el ratio de éxito obtenido entre 1973 y 1998 se situó en una media de 1,56, con extremos de 1,28 y 2,16.

De aquellos jóvenes que consiguen dejar el nido, aproximadamente un 49 % sobrevive a su primer año. De ellos, un 68 % sobrevive al segundo año, y de esos un 71 % al tercer año. En años sucesivos, la proporción de busardos supervivientes se sitúa hacia el 81 %, lo cual se pudo calcular gracias a los avistamientos de busardos anidados con anterioridad. El nido puede medir hasta 1 m de diámetro, y cada pareja suele tener varios nidos.

Alimentación

La técnica de caza consiste normalmente en otear el paisaje y divisar a sus presas, hacia las que se lanza en silencio, por lo que es fácil verlo posado en postes eléctricos y ramas. El principal alimento son los pequeños mamíferos, en Europa central principalmente topillos campesinos (Microtus arvalis) y el topo (Talpa europaea), en España presas más grandes como el conejo (Oryctolagus cuniculus) son más frecuentes en época de cría. Además, los busardos ratoneros cazan pájaros, sobre todo aves jóvenes, reptiles —como lacértidos, luciones y culebras de collar—, así como anfibios, sobre todo ranas y sapos. Una parte de su sustento puede provenir de insectos y sus larvas, además de anélidos como las lombrices de tierra. Se han hallado casos de ratoneros alimentándose de pescado, aunque como carroña, ya que los peces estarían moribundos o ya muertos. Lo mismo sucede con aves relativamente grandes para el ratonero, como palomas, que forman parte de su alimentación si han sido ya heridas o cazadas por otras aves de presa. A menudo aprovecha también los restos de animales atropellados en la carretera, lo que ocasiona a su vez que muchos ratoneros sean atropellados. También se han descrito casos de cleptoparasitismo a halcones. Los datos más fiables sobre su espectro alimenticio solo se han podido obtener a partir de restos de presas en los nidos o mediante el análisis del contenido de su estómago; las egagrópilas aportan información incompleta al tratarse casi exclusivamente de pelo.

La composición íntegra de su alimentación puede variar fuertemente según las presas de la zona y según la alternancia de territorio: entre los años 1945 y 1960 se recogieron en la región bávara de Baja Franconia 384 restos de presas junto a los nidos, de los cuales el 70 % eran mamíferos, sobre todo topillos, un 12 % eran aves, un 15 % reptiles y un 3 % anfibios. En los alrededores de Berlín se reunieron 257 muestras de presas entre 1981 y 1984, y en esta investigación tan solo el 37 % eran mamíferos, mientras que los pájaros habían pasado a ser el 59 %. El resto correspondía a reptiles y anfibios, y un 2 % a peces. En caso de compartir territorio con otras rapaces, estas pueden suponer una competencia al cazar las mismas presas, como sucede con el azor común (Accipiter gentilis), lo que puede afectar a su éxito reproductivo. En el sudoeste de la península ibérica, la distribución de busardo ratonero podría estar limitada por la presencia de la aguililla calzada (Hieraaetus pennatus)

 

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Uploaded on November 24, 2021
Taken on November 18, 2021