Centuria Romana de la Macarena (11)
La Centuria Romana de la Macarena, conocida popularmente con el nombre de armaos de la Macarena es un grupo de personas que representan a la Guardia Pretoriana de Poncio Pilato y que acompañan a Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, una de las imágenes titulares de la Hermandad de la Esperanza Macarena de Sevilla durante su estación de penitencia de la madrugada del Viernes Santo en la Semana Santa sevillana.
El origen de esta centuria romana acompañando a la Sentencia puede datarse entre 1653 y 1657. Entonces estaba formada por unos veinticinco hombres, todos ellos vecinos de la parroquia de San Gil, y portaban las armas que procedentes del Milanesado y Reino de Nápoles se almacenaban en la alhóndiga y en la torre de puerta de Triana. La vestimenta que portan en la actualidad es obra de Jesús Domínguez, inspirada en la que realizó Juan Manuel Rodríguez Ojeda en 1915.
En la actualidad forman parte de la Centuria un total de 120 y tantos «armaos»,entre soldados y banda de cornetas y tambores.
La historia de la Banda de la Centuria Romana de la Hermandad de la Macarena está íntimamente ligada a la historia de la propia Centuria Romana Macarena: los populares “armaos” de la Macarena. Los primeros documentos sobre la existencia de los “armados” o representación de pretorianos de Pilato acompañando al Cristo de la Sentencia datan del año 1658, coincidiendo con los orígenes de la incorporación de este pasaje evangélico al título de la Hermandad. En sus inicios, este grupo estaba compuesto por unos veinticinco hombres vecinos del barrio de la Macarena. Inicialmente, esta formación no procesionaba justo detrás del paso de la Sentencia, sino que lo hacía dentro del cortejo que acompañaba a este paso. Aquí podemos fijar el origen de la banda de la centuria, posiblemente compuesta por un exiguo número de componentes, que con sus sones lastimeros anunciaban la llegada de la escenografía de la Injusta Sentencia.
Desde su creación, y hasta el año 1897, fecha en que tiene lugar la última reorganización de la Centuria Romana de la Hermandad de la Macarena, se fueron alternando los periodos de esplendor y normalidad con otras épocas en las que fue suprimida esta escolta del paso del Señor de la Sentencia debido a desavenencias con la Junta de Gobierno, decretos firmados por la autoridad eclesiástica –el caso de la supresión, en 1766 de todas las compañías de “armados”- o conflictos surgidos en el seno de la propia formación.
Por el Reglamento aprobado por la Hermandad el día 5 de julio de 1865 para la “Admisión y Conservación de Hermanos con el cargo de Armados en la Cofradía de la Sentencia de Nuestro Señor Jesucristo y María Santísima de la Esperanza de esta Parroquia de San Gil”, sabemos de la existencia de la “música” de esta formación al obligarse los componentes de la centuria a costear los trajes de los músicos y satisfacerles los honorarios que les correspondiese por tocar en la cofradía. En esta época, aún precedían en la procesión al paso del Señor de la Sentencia, correspondiéndoles hacerse cargo del Senatus. El empleo del término “música” en este Reglamento reafirma la opinión de que ya nos encontramos ante una banda con cierta organización y provista de un repertorio suficiente de obras.
El Viernes Santo, 21 de abril de 1905, después de la entrada de la cofradía en la Parroquia de San Gil, tiene lugar uno de los hechos más referidos en la historia de esta formación al corresponder a la invitación formulada por el S.M. Rey Alfonso XIII para acudir a los Reales Alcázares, donde se alojó durante toda la Semana Santa. La Guardia Real, militarmente formada, recibió a la Centuria, incluida la banda, que fue revistada por el Rey en el Patio de la Montería, saludando personalmente a cada uno de sus miembros, a quienes después obsequió con un ágape.
De otro hecho ocurrido en el mes de marzo del año 1913, y que nos presenta a una banda plenamente consolidada, se tiene constancia en los archivos de la Hermandad. En ese año, la Joyería Reyes realizó la corona de oro de la Santísima Virgen de la Esperanza, siendo sorprendente la generosidad de los sevillanos, especialmente los comerciantes establecidos en el mercado de la Encarnación, al querer contribuir con monedas de oro “alfonsinas” e “isabelinas” para que la Corona fuera más rica y espléndida. Terminada la Corona, estuvo expuesta en los escaparates de la mencionada joyería. Allí acudiría la banda de los “armáos” para tocar unas marchas procesionales, siendo el primer concierto del que existe constancia.
El repertorio de marchas en esa época era muy exiguo y derivaban de marchas militares. En los años treinta del pasado siglo interpretaban piezas como “Aída”, “La Reina” o “La Corte del Faraón”, entre otras. Eran marchas básicamente de armonización simple, estructuradas en naturales y requintos. Otro dato a resaltar era el uniforme que la Banda de la Centuria llevaba en esta época para efectuar contratos con las demás hermandades. El diseño constaba de chaqueta y pantalón azul marino con franjas verdes en los laterales. Se tocaban con gorras de plato con techo verde. Pocos años después se cambió este uniforme, permutando el color azul por el gris que ha lucido durante varias décadas.
Centuria Romana de la Macarena (11)
La Centuria Romana de la Macarena, conocida popularmente con el nombre de armaos de la Macarena es un grupo de personas que representan a la Guardia Pretoriana de Poncio Pilato y que acompañan a Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, una de las imágenes titulares de la Hermandad de la Esperanza Macarena de Sevilla durante su estación de penitencia de la madrugada del Viernes Santo en la Semana Santa sevillana.
El origen de esta centuria romana acompañando a la Sentencia puede datarse entre 1653 y 1657. Entonces estaba formada por unos veinticinco hombres, todos ellos vecinos de la parroquia de San Gil, y portaban las armas que procedentes del Milanesado y Reino de Nápoles se almacenaban en la alhóndiga y en la torre de puerta de Triana. La vestimenta que portan en la actualidad es obra de Jesús Domínguez, inspirada en la que realizó Juan Manuel Rodríguez Ojeda en 1915.
En la actualidad forman parte de la Centuria un total de 120 y tantos «armaos»,entre soldados y banda de cornetas y tambores.
La historia de la Banda de la Centuria Romana de la Hermandad de la Macarena está íntimamente ligada a la historia de la propia Centuria Romana Macarena: los populares “armaos” de la Macarena. Los primeros documentos sobre la existencia de los “armados” o representación de pretorianos de Pilato acompañando al Cristo de la Sentencia datan del año 1658, coincidiendo con los orígenes de la incorporación de este pasaje evangélico al título de la Hermandad. En sus inicios, este grupo estaba compuesto por unos veinticinco hombres vecinos del barrio de la Macarena. Inicialmente, esta formación no procesionaba justo detrás del paso de la Sentencia, sino que lo hacía dentro del cortejo que acompañaba a este paso. Aquí podemos fijar el origen de la banda de la centuria, posiblemente compuesta por un exiguo número de componentes, que con sus sones lastimeros anunciaban la llegada de la escenografía de la Injusta Sentencia.
Desde su creación, y hasta el año 1897, fecha en que tiene lugar la última reorganización de la Centuria Romana de la Hermandad de la Macarena, se fueron alternando los periodos de esplendor y normalidad con otras épocas en las que fue suprimida esta escolta del paso del Señor de la Sentencia debido a desavenencias con la Junta de Gobierno, decretos firmados por la autoridad eclesiástica –el caso de la supresión, en 1766 de todas las compañías de “armados”- o conflictos surgidos en el seno de la propia formación.
Por el Reglamento aprobado por la Hermandad el día 5 de julio de 1865 para la “Admisión y Conservación de Hermanos con el cargo de Armados en la Cofradía de la Sentencia de Nuestro Señor Jesucristo y María Santísima de la Esperanza de esta Parroquia de San Gil”, sabemos de la existencia de la “música” de esta formación al obligarse los componentes de la centuria a costear los trajes de los músicos y satisfacerles los honorarios que les correspondiese por tocar en la cofradía. En esta época, aún precedían en la procesión al paso del Señor de la Sentencia, correspondiéndoles hacerse cargo del Senatus. El empleo del término “música” en este Reglamento reafirma la opinión de que ya nos encontramos ante una banda con cierta organización y provista de un repertorio suficiente de obras.
El Viernes Santo, 21 de abril de 1905, después de la entrada de la cofradía en la Parroquia de San Gil, tiene lugar uno de los hechos más referidos en la historia de esta formación al corresponder a la invitación formulada por el S.M. Rey Alfonso XIII para acudir a los Reales Alcázares, donde se alojó durante toda la Semana Santa. La Guardia Real, militarmente formada, recibió a la Centuria, incluida la banda, que fue revistada por el Rey en el Patio de la Montería, saludando personalmente a cada uno de sus miembros, a quienes después obsequió con un ágape.
De otro hecho ocurrido en el mes de marzo del año 1913, y que nos presenta a una banda plenamente consolidada, se tiene constancia en los archivos de la Hermandad. En ese año, la Joyería Reyes realizó la corona de oro de la Santísima Virgen de la Esperanza, siendo sorprendente la generosidad de los sevillanos, especialmente los comerciantes establecidos en el mercado de la Encarnación, al querer contribuir con monedas de oro “alfonsinas” e “isabelinas” para que la Corona fuera más rica y espléndida. Terminada la Corona, estuvo expuesta en los escaparates de la mencionada joyería. Allí acudiría la banda de los “armáos” para tocar unas marchas procesionales, siendo el primer concierto del que existe constancia.
El repertorio de marchas en esa época era muy exiguo y derivaban de marchas militares. En los años treinta del pasado siglo interpretaban piezas como “Aída”, “La Reina” o “La Corte del Faraón”, entre otras. Eran marchas básicamente de armonización simple, estructuradas en naturales y requintos. Otro dato a resaltar era el uniforme que la Banda de la Centuria llevaba en esta época para efectuar contratos con las demás hermandades. El diseño constaba de chaqueta y pantalón azul marino con franjas verdes en los laterales. Se tocaban con gorras de plato con techo verde. Pocos años después se cambió este uniforme, permutando el color azul por el gris que ha lucido durante varias décadas.