DSC1380 Piedra con un animal en Qasr Al Azraq, Jordania
El valor estratégico del castillo de Al Azraq, cuya traducción es "fortaleza azul", se debe a un cercano oasis, la única fuente de agua en esta desértica región. Los romanos militarizaron este lugar por primera vez, y más tarde se construyó una mezquita. La construcción definitiva fue realizada por los mamelucos en el siglo XIII, explotando las canteras de basalto de la zona, con lo que el castillo tiene un aspecto mucho más oscuro ya que fue construido en basalto, tiene una estructura cuadrada de 80 metros de lado. En el interior hay un gran patio, en cuyo centro hay una mezquita de la época omeya. En cada esquina hay una torre oblonga. En la entrada principal hay dos losas de granito a modo de hojas de la puerta que abren a un vestíbulo en el que pueden verse aún el grabado en el pavimento de un viejo juego romano. Estas losas de la puerta pesan una tonelada, pero las hojas se abren con facilidad gracias a las bisagras untadas con aceite de palma. La razón es que no hay madera en las cercanías, salvo las palmeras.
Se cree que los primeros habitantes de este lugar fueron los nabateos, hasta que en el año 300 cayó en poder de los romanos, bajo el gobierno de Diocleciano. Los romanos construyeron una estructura de piedra basáltica que serviría de base a futuras construcciones. Probablemente, los bizantinos y los omeyas ocuparon este lugar, pero finalmente fueron los mamelucos quienes levantaron en torno a 1237 la fortaleza tal como la conocemos hoy.
En el siglo XVI, los turcos otomanos se establecieron en el castillo, y durante el invierno de 1917, T. E. Lawrence estableció aquí su cuartel general para organizar la lucha contra el Imperio otomano. La sala ocupada por Lawrence de Arabia durante su estancia aún puede verse encima de la puerta de entrada.
DSC1380 Piedra con un animal en Qasr Al Azraq, Jordania
El valor estratégico del castillo de Al Azraq, cuya traducción es "fortaleza azul", se debe a un cercano oasis, la única fuente de agua en esta desértica región. Los romanos militarizaron este lugar por primera vez, y más tarde se construyó una mezquita. La construcción definitiva fue realizada por los mamelucos en el siglo XIII, explotando las canteras de basalto de la zona, con lo que el castillo tiene un aspecto mucho más oscuro ya que fue construido en basalto, tiene una estructura cuadrada de 80 metros de lado. En el interior hay un gran patio, en cuyo centro hay una mezquita de la época omeya. En cada esquina hay una torre oblonga. En la entrada principal hay dos losas de granito a modo de hojas de la puerta que abren a un vestíbulo en el que pueden verse aún el grabado en el pavimento de un viejo juego romano. Estas losas de la puerta pesan una tonelada, pero las hojas se abren con facilidad gracias a las bisagras untadas con aceite de palma. La razón es que no hay madera en las cercanías, salvo las palmeras.
Se cree que los primeros habitantes de este lugar fueron los nabateos, hasta que en el año 300 cayó en poder de los romanos, bajo el gobierno de Diocleciano. Los romanos construyeron una estructura de piedra basáltica que serviría de base a futuras construcciones. Probablemente, los bizantinos y los omeyas ocuparon este lugar, pero finalmente fueron los mamelucos quienes levantaron en torno a 1237 la fortaleza tal como la conocemos hoy.
En el siglo XVI, los turcos otomanos se establecieron en el castillo, y durante el invierno de 1917, T. E. Lawrence estableció aquí su cuartel general para organizar la lucha contra el Imperio otomano. La sala ocupada por Lawrence de Arabia durante su estancia aún puede verse encima de la puerta de entrada.