__Clementine
La soledad sonora
Que calle, sí, la música del viento,
la agitación que el árbol desordena,
cállese el corazón, para la vena
su inquietud, su locura y movimiento.
Que descanse la mar, que el firmamento
detenga el ritmo de la luna llena
y haya en el mundo una quietud serena
que enmudezca hasta el mismo pensamiento.
Y entonces, sí, la soledad sonora
manará dulcemente sobre el alma
dejando a flote su verdad sencilla.
Será un momento sólo, aquí y ahora;
después puede cesar la inmensa calma
pues ya se realizó la maravilla.
Miguel Álvarez. La flauta de la caña.
La soledad sonora
Que calle, sí, la música del viento,
la agitación que el árbol desordena,
cállese el corazón, para la vena
su inquietud, su locura y movimiento.
Que descanse la mar, que el firmamento
detenga el ritmo de la luna llena
y haya en el mundo una quietud serena
que enmudezca hasta el mismo pensamiento.
Y entonces, sí, la soledad sonora
manará dulcemente sobre el alma
dejando a flote su verdad sencilla.
Será un momento sólo, aquí y ahora;
después puede cesar la inmensa calma
pues ya se realizó la maravilla.
Miguel Álvarez. La flauta de la caña.