Diego Gez
Lawrence - Until Then Goodbye. En revista THC, Abril 2010. Txt: Diego Gez(click en foto para lectura)
Lawrence -
Until Then Goodbye -
O Version.
Enfrentémoslo: cuando se habla de electrónica la mayoría piensa en un bombo a velocidad crucero sumado a un vértigo atroz percutiendo oidos. De poco sirve explicar lo amplio del género, de sus infinitos matices o de las sutilezas de muchos artistas que no caen en los precipicios comunes de la etiqueta electrónica.
En el espacio reservado para las diferencias es donde el alemán Peter Kersten (aka Lawrence) trabaja desde principios de década con las cadencias más delicadas del techno melancólico, pero también con la esfera del house ralentizado. En este nuevo álbum el titulo (Hasta entonces, adiós) ya aporta cierta curiosidad, pero su interior expone un oasis de ambientes que construyen un paisajismo viajero. Lawrence no habita al beat desde la obscenidad del bombo, utiliza como columnas de sus tracks algún mínimo bajo, los decora con xilofones de teclado y eventualmente aumenta los beat por minuto, transformando casi todo en una divina cajita de música para los sentidos.
Tal vez por eso se trate de un álbum dividido en partes iguales: o lo amás desde un principio rindiéndote a la primera escucha o lo dejás para siempre, abandonado en la mitad del camino. Si se opta por la segunda difícilmente volverás a escuchar un disco de verdadera electrónica orgánica. Y hasta entonces, adiós.
Diego Gez
Lawrence - Until Then Goodbye. En revista THC, Abril 2010. Txt: Diego Gez(click en foto para lectura)
Lawrence -
Until Then Goodbye -
O Version.
Enfrentémoslo: cuando se habla de electrónica la mayoría piensa en un bombo a velocidad crucero sumado a un vértigo atroz percutiendo oidos. De poco sirve explicar lo amplio del género, de sus infinitos matices o de las sutilezas de muchos artistas que no caen en los precipicios comunes de la etiqueta electrónica.
En el espacio reservado para las diferencias es donde el alemán Peter Kersten (aka Lawrence) trabaja desde principios de década con las cadencias más delicadas del techno melancólico, pero también con la esfera del house ralentizado. En este nuevo álbum el titulo (Hasta entonces, adiós) ya aporta cierta curiosidad, pero su interior expone un oasis de ambientes que construyen un paisajismo viajero. Lawrence no habita al beat desde la obscenidad del bombo, utiliza como columnas de sus tracks algún mínimo bajo, los decora con xilofones de teclado y eventualmente aumenta los beat por minuto, transformando casi todo en una divina cajita de música para los sentidos.
Tal vez por eso se trate de un álbum dividido en partes iguales: o lo amás desde un principio rindiéndote a la primera escucha o lo dejás para siempre, abandonado en la mitad del camino. Si se opta por la segunda difícilmente volverás a escuchar un disco de verdadera electrónica orgánica. Y hasta entonces, adiós.
Diego Gez